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La ciencia y la tecnología me han enseñado a romper barreras

Sandra Magaly Ajucum Gutiérrez

Mantener presente mi origen ha sido fundamental para permanecer en el camino de transformar realidades, especialmente de las comunidades.  

Soy una mujer totonicapense de origen maya  k´iche´. Tuve la dicha de crecer con mis abuelos y mi tía, quienes desde pequeña me apoyaron y cuidaron junto a mis hermanos, inculcándonos valores y principios cristianos que hoy me definen como persona. 

Desde pequeña mostré interés por la ciencia. Aún recuerdo cuando, a los seis años, me pidieron dibujar una proyección de cómo me veía en el futuro, y ahí estaba Sandra dibujándose con una bata blanca y a un costado un perrito. Claro, en ese entonces soñaba con ser veterinaria. 

A los 15 años decidí estudiar electrónica. Esto surgió porque fui seleccionada en ciencias naturales para participar en las olimpiadas científicas departamentales organizadas por la Universidad de San Carlos de Guatemala.  

Antes de dirigirnos a las clases para tomar la evaluación proyectaron un video donde el personaje principal era el ingeniero electrónico Sergio Flores, quien nos contaba acerca de su experiencia en el campo de la electrónica y nos alentaba a soñar y esforzarnos por lo que queríamos. Desde entonces me aferré a la idea de construir y hacer funcionar mecanismos robóticos.

Mi entrada a una comunidad de jóvenes creadores me proporcionó mi primer encuentro con competiciones de robótica, especialmente nacional de robótica del proyecto Balam, organizado por la Universidad Galileo. Durante dos años consecutivos obtuve reconocimientos con menciones honoríficas.  

Involucrarme en competencias me ha enseñado a ser líder, trabajar en equipo, ser resiliente y sobre todo, reafirmar que nosotras también podemos aportar en ciencia e innovación para mejorar las condiciones de vida de nuestras comunidades. A eso se suma la maravillosa experiencia de conocer a personas con los mismos intereses y motivaciones que yo. 

Prueba de ello es “The Combinator Team” grupo de jóvenes que diseñó un sistema para optimizar el uso del agua, del cual fui parte y con el que ganamos el primer lugar en la primera edición del RIIC 4.0, evento organizado por la Senacyt. 

Otro momento clave en mi carrera fue la participación en el curso: “Mujeres en ingeniería” organizado por la Universidad del Valle de Guatemala. Actualmente soy estudiante de Ingeniería Mecánica en el Centro Universitario de Occidente de la Universidad de San Carlos de Guatemala, y me es grato ver que cada vez somos más mujeres en STEM, que cada día tenemos más oportunidades de soñar y volver realidad nuestro aporte en ciencia. 

Me siento muy feliz por lo que he logrado, porque esto no me aparta de Dios ni de mi familia. Aún tengo sueños por cumplir, y aunque muchas veces he pensado abandonarlos, recuerdo que quiero seguir transformando realidades en un mundo donde caben muchos mundos. 

Cree en lo que parece irreal y cuestiónate; ¿Realmente es imposible? No te detengas y ve, porque ese sueño te espera.