Skip to main content

La ciencia no solo se vive, se comparte

Andrea Sofía García de León

La biología, la química y las matemáticas me han brindado una visión más profunda y comprensiva del mundo que me rodea, son un universo en sí mismo, lleno de misterios por descubrir y desafíos por superar. Mi afinidad por estas disciplinas es más que un compromiso académico; es una aventura apasionante, un viaje continuo de descubrimiento, innovación y asombro. 

Al terminar el bachillerato, llegó el momento de elegir una carrera universitaria y me sentí confundida y a la vez atraída por diversas disciplinas; opté por estudiar Ingeniería Ambiental en la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC). Esta carrera me dio una sólida base técnica, además de introducirme al mundo de la investigación, en la prevención de desastres, la reducción de la contaminación y la adaptación al cambio climático. 

No me conformé con lo convencional y busqué oportunidades para ampliar mis horizontes y conocimientos de manera multidisciplinaria. A través de programas de becas viajé a Guanajuato, México, y a Pennsylvania, Estados Unidos, dónde aprendí más sobre métodos de investigación. 

Después de explorar diversos campos, finalmente descubrí mi verdadera pasión: La observación terrestre. 

Qué mejor manera de explorar el mundo que a través de las imágenes captadas por satélites desde el espacio. Mi primera oportunidad para comprender el potencial de esta tecnología llegó con un proyecto en el que utilizaba imágenes satelitales para detectar áreas deforestadas.  
Mi entusiasmo me llevó a la Universidad de Würzburg, Alemania, donde realicé una maestría en Observación Terrestre y Geoanálisis; aquí aprendí como aplicar esta tecnología para estudiar problemas sociales. A pesar de los desafíos de vivir en un país extranjero durante la pandemia, perseveré apoyada de mi familia y amigos.  

En el Centro Aeroespacial Alemán (DLR), llevé a cabo investigaciones sobre la estimación de índices de pobreza mediante imágenes de luz nocturna. Al completar la maestría, decidí seguir investigando y me embarqué en un programa de doctorado desde el cual contribuyo a la investigación sobre la importancia de los árboles en las ciudades. 

Asimismo, formo parte del proyecto UrbanSens, una plataforma que provee información para la gestión de riesgo ante olas de calor extremo e inundaciones por medio de la combinación de imágenes satelitales, sensores del internet de las cosas (IoT) para mediciones meteorológicas y datos demográficos. Este proyecto, reconocido en el Copernicus Masters Challenge y respaldado por la Agencia Espacial Europea, se ha convertido en una start-up
(empresa emergente) prometedora.

Aunque el camino es largo, me siento afortunada por la oportunidad de explorar el mundo a través de la observación terrestre. Mi siguiente meta es incursionar en la comunicación científica. Sobre todo, sueño con aplicar lo aprendido para mejorar la calidad de vida de los guatemaltecos.